Alfonsina Storni fue una poetisa argentina nacida en Suiza en 1892. Su obra ha sido catalogada de modernista o postmodernista. He leído algunos poemas y la verdad es que no me han vuelto loco. Tiene un poco de ese exceso de dulce no apto para diabéticos que tiene a veces Rubén Darío, ese rollo de mencionar el alma todo el rato, tan relamido.
Sin embargo, Alfonsina Storni no es tan conocida por su obra como por una zamba que le dedicaron Ariel Ramírez y Félix Luna que se llama Alfonsina y el Mar. La canción ha sido interpretada por un sinfín de artistas, aunque la versión más conocida es la de Mercedes Sosa. Alfonsina y el Mar describe de una manera lírica el final de la poetisa, que se lanzó al mar desde una escollera y la encontraron muerta en la playa al día siguiente.
Se da por hecho que Alfonsina decidió suicidarse para no enfrentarse a la degradación y el dolor del cáncer, del que había sido operada en 1935 pero que había rebrotado en aquel 1938. En aquella época muchos personajes de la escena y la literatura se quitaban la vida. Sin ir más lejos, sólo un año antes se había matado Horacio Quiroga, gran amigo de Alfonsina, al que le dedicó un poema premonitorio:
- Morir como tú, Horacio, en tus cabales,
- Y así como en tus cuentos, no está mal;
- Un rayo a tiempo y se acabó la feria...
- Allá dirán.
- Más pudre el miedo, Horacio, que la muerte
- Que a las espaldas va.
- Bebiste bien, que luego sonreías...
- Allá dirán.
Con su suicidio, Alfonsina Storni -que ya era una poetisa muy famosa- entró directamente en la categoría de leyenda. Un día antes de matarse, envió al diario La Nación la poesía Quiero Dormir:
Dientes de flores, cofia de rocío,(publicada con el título "Voy a Dormir")manos de hierbas, tú, nodriza fina, tenme puestas las sábanas terrosas y el edredón de musgos escardados.
Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame. Pónme una lámpara a la cabecera, una constelación, la que te guste, todas son buenas; bájala un poquito.
Déjame sola: oyes romper los brotes, te acuna un pie celeste desde arriba y un pájaro te traza unos compases para que te olvides. Gracias... Ah, un encargo, si él llama nuevamente por teléfono
le dices que no insista, que he salido...
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