Los ejercicios espirituales son un anacronismo del que nunca disfruté. Consisten en una reunión en la que un grupo de personas meditan y rezan durante un período de un mes, aproximadamente.
En EEUU, donde como sabéis el tiempo es oro, hay una versión acelerada de estos ejercicios espirituales que sólo dura un día (aunque muy intenso). Desde el año 1953 viene celebrándose esta reunión, denominada National Prayer Breakfast, en la que el presidente de la nación da un discurso y otro invitado da otro. Es un acto de gran repercusión allí (aquí, la verdad, es la primera vez que oigo hablar de ello), en el que las connotaciones religiosas son primordiales. Lo organiza una secta fundamentalista cristiana llamada La Hermandad (The Fellowship).
Este año, el presidente Barak Obama ha invitado para dar el discurso a nuestro Presidente del Gobierno, José Luís Rodríguez Zapatero. Es probable que Obama quiera darle a la reunión de este año unas connotaciones filosóficas elevadas, convocando a tan significativo intelectual. No cabe duda de que en este ambiente de funfamentalistas cristianos Zapatero se encontrará como pez en el agua; al fin y al cabo, ha sabido hasta ahora decir a toda audiencia lo que ésta quiere oír (y desdecirse por sus actos en cuestión de horas). Los supercarcas americanos se quedarán encantados.
Para los que crean que todos los norteamericanos son idiotas, debo aclarar que el hecho de que esto siga celebrándose es criticado por algunos sectores de esa variopinta sociedad, que preferirían que su sistema político se diferenciase más del de Irán. Yo estoy de acuerdo con ellos, y no sé si Barak Obama quiere poner a Zapatero en un brete, si es tan inocente como Ricitos de Oro (aunque más oscuro) o si realmente cree que puede redimir a nuestro presidente de su presunto ateísmo.
Lo que es seguro es que Zapatero estará que no cabe en sí de gozo, moviendo el rabito como un lebrel con un solomillo de buey de Kobe.
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