Al llegar a Ezeiza estaban allí Eduardo y Mirta, Sebas y Arturo. Eduardo y
Mirta llevaban allí muchísimo tiempo, porque se sumaba su irracional
manía por la puntualidad al inevitable retraso de todo vuelo (excepto el
que me trajo de vuelta a coruña, que llegó con 30' de antelación, cosa
que sin duda entraña una señal esjatológica de significado incierto).
Nos repartimos en los coches de tal manera que yo terminé en el de
Sebas con Carlos y Charlie. Sebas tenía que entregar un oficio en un
hospital, y aprovechó el trayecto para realizarnos una inmersión en BBAA
sin anestesia ni haber dormido. Vimos la villa 1-11-14 (las villas tienen un número, pero esta es una suma de tres villas que fueron
expandiéndose hasta unirse en una muy grande), vimos Soldati, y paramos en un hospital público. También vimos la Plaza de Mayo, Casa Rosada, Bosques de Palermo, Hipódromo, Puerto Madero y alrededores, pero esto es la parte monumental que todos conocen de la ciudad. El hospital tenía un jardín delante que había sido bonito y arreglado algún día, pero los bordillos estaban rotos o levantados por la acción de las raíces de los árboles. Había un trapito (gorrilla) en la acera destrozada y la calzada era un paisaje lunar. La gente que entraba y salía del hospital eran indigentes o casi, alguno con aspecto peligroso. Sebas parecía tranquilo, pero sabiendo lo insensato que puede llegar a ser la verdad es que no estaba yo nada tranquilo.
Tres descripciones:
•Trapito: uno de esos desarrapados que te indican dónde aparcar. Extraños profesionales omnipresentes cuya labor nadie entiende, excepto como una forma velada de extorsión o amenaza a la propiedad privada. Eso sí, siempre con una sonrisa.
•Soldati: soldati no era la típica villa miseria. Las villas miseria son acumulaciones de casas que un día fueron chabolas de una sola planta, pero que con el tiempo se han ido convirtiendo en poblaciones o barrios de casas elaboradas con material de construcción tradicional -ladrillos y
cemento- conseguido por sabe dios qué medios. Soldati era otra cosa. Era un grupo no muy grande de casas de varias plantas cuyo diseño obedecía a una corriente urbanística de tendencia futurista. Las formas de los edificios configuraban un conjunto digno de un híbrido de Mad
Max y Blade Runner. Las ventanas de esos pretenciosos edificios estaban clausuradas por tablas y/o rejas metálicas. No parecía que hubiese ser humano alguno allí viviendo. Sólo ratas, intentando sobrevivir a costa de otras ratas, comiéndose entre ellas. Lo único que pensé es que como se nos reventase una rueda, o descompusiese el motor del auto, ya podíamos darnos por muertos.
•Sebas: una fuerza de la naturaleza gigante, judío y peronista a su pesar. Un hombre todo temperamento, que pretende ser racional pero que no deja de ser otro esclavo del sistema simpático. No sé cómo será de enemigo, pero como amigo es el mejor que puedes tener. Le falta
una oreja porque en una pelea alguien se la arrancó de un mordisco. Vicioso discutidor, su "combo imprescindible" es el compuesto por peronismo y River Plate. Esencia argentina, humeante abierta y caliente como la panza de una vaca. Y al carajo.
1 comentario:
Más, más, más! Y si podemos ver fotos, mejor. esp
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