Son también los que en la casa vasca se piden su rioja reserva y su chuletón de buey y -pim pan pim pan- se lo archivan todo con método en el tracto digestivo.
Estoy seguro de que todos conocemos algún pimpampimpán. Si los viésemos en Rianxo llevando la nevera portátil y la sombrilla mientras regañan al pequeño por darle un pelotazo, o en el restaurante ante el plato combinado, seríamos plenamente conscientes de su condición, pero seguro que nos hacemos una idea, ¿verdad?
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1 comentario:
Ahora que lo dices, yo tengo un vecino pim pan pim pan, que sale al jardín a echarse su(s) pitillito(s) y se queda media hora, verano e invierno, haga sol o llueva, mirando al tendido, mientras su mujer revuelve el potaje en la cazuela y la niña corretea por la casa. Si alguna vez la niña sale se oye "pasa para adentro, Raquel, vete con tu madre". Parece que el momento pim pan pim pan es incompatible con los niños -esp
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