Hoy publica el periódico de aquí una noticia local bajo el titular Acusan a un hombre de masturbarse delante de 20 niños en la Cubela. Cuántos incomprendidos han comenzado así, enfrentándose a la cerrazón, al inmovilismo estético de la sociedad establecida. Sin ir más lejos, el grupo Jethro Tull cambiaba de nombre frecuentemente para no ser identificado al buscar locales para tocar (por cierto, que ya nadie se acuerda de Jethro Tull).
Llegará el momento en que espectáculos de este tipo recibirán subvenciones del Ministerio de Cultura, y se montará un concurso anual al mejor masturbador en reja metálica ante públicos diversos (el infantil es el más receptivo, creo).
Por cierto, ¿cómo es que nadie detuvo a este demente antes de media hora de exhibición?
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