Ya estamos en el 2009. Que comience hoy un año es tan relevante como que lo haga mañana o en junio. No obstante, como por convención (o motivos culturales, o históricos, pero artificiales en todo caso) se dice que aquí comienza la revolución de la tierra alrededor del sol, es hoy el momento de plantearse cosas. Unos hacen firme propósito de cambio: deciden dejar de fumar, dejar de inyectarse heroína o determinan dejarse un bigotito sobre el labio. Otros reflexionan sobre el paso del tiempo, considerando lo rápido que pasa ahora que son mayores. Otros -la mayoría- no se plantean nada porque están borrachos como piojos, y ríen con la baba en las comisuras dispuestos a levantarse mañana en su cama sin saber qué ocurrió la noche anterior.
Yo no tengo propósitos, ni reflexiono. Yo me voy a acostar ya, porque hoy es -por tradición familiar- el único día que permitimos a los niños que vengan a dormir en nuestra cama. Samuel (el de 7) ha aprovechado su oportunidad; Guille (de 5) prefiere su cama.
Y en cuanto a salir de juerga esta noche, creo que un bombardeo con gas mostaza me sería igual de apetecible.
Feliz traslación alrededor del sol, terrícolas.
publicado desde móvil (sin enlaces; el aclamado dispositivo blackberry no los permite)
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