Se suele aplicar a circunstancias que se retroalimentan, en un bucle interminable. Otra expresión típica con un elevado grado de sinonimia es la de círculo vicioso. Por su carácter de bucle, hay personas que piensan que viene descrita por el círculo que forman esas pescadillas fritas formando un círculo, con el extremo de la cola sujeto entre los dientes, y es por ello que se suele verbalizar como la pescadilla que se muerde la cola.
Si bien la imagen es evocadora, no deja de ser un síntoma más de la actual reducción a lo concreto del riquísimo mundo simbólico de la antigüedad. La forma original de la expresión es la que escribo en el título, y su origen se remonta a la edad media, si no incluso antes. Como podemos ver en numerosas iglesias románicas, es frecuente la representación de figuras antropomórficas en posturas circulares, con frecuencia practicando autofelaciones. Se dice que estas imágenes son plasmaciones de escenas infernales, como pretendiendo atemorizar a las gentes para acercarlas a Dios.
No me considero un hombre de la Edad Media; la posibilidad de autofelación, las fornicaciones y demás imágenes de contenido erótico de las iglesias románicas no me repugnan en absoluto ni me dan miedo alguno. No consideraría ni de broma una pesadilla un sueño en el que emulase yo a esos canecillos.
1 comentario:
Todavía está por demostrar la "teoría del pecado", respecto a los canes románicos. Más me parece que los autores de tales estudios, a falta de una idea original, se han dedicado a seguir las indicaciones de los clérigos tridentinos, y postridentinos, a quienes venía muy bien dar esa explicación. Y, visto lo visto, parece que cada día les viene mejor difundir dicha explicación:
"¡El sexo es pecado, cortémoslo de raíz!"
A partir de ahí, no es difícil llegar a una conclusión lógica: "Existir es pecado, dejemos de existir".
Salud y fraternidad.
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