Celebro la cita del Sr. Newton. que, como cada uno de nosotros habrá podido observar en circunstancias de diversa índole, es del todo cierta. Vaya que sí! Lo que entonces no acierto a comprender es a que viene este absurdo y apocalíptico sentimiento general. Cierto que estamos sumidos en una crisis económica importante y que resulta comprensible, e incluso razonable, que nos preocupe. Pero lo que quizá estamos olvidando con demasiada facilidad es que perder mucho es sintomático de lo mucho que se tiene. Nada más lejos de mi intención que ponerme aquí de jesuíta de última hornada, pero apuesto a que los habitantes de Haití (por poner un ejemplo) no están notando las consecuencias de este derrumbe económico. Claro que los de Rusia tampoco...
Pues me temo que coincido contigo en lo malo y discrepo en lo bueno. Cierto que sólo pierde quien tiene, pero me temo que Haití, Sahara, Somalia y mil sitios más que sobreviven de la ayuda internacional van a pasarlo pero que nunca. Los ricos no vamos a poder seguir dándoles las migajas que les dábamos, porque necesitamos ese dinero (y cien veces más) para sostener artificialmente nuestras instituciones financieras (y que sus cargos ejecutivos sigan cobrando varios PIB haitianos).
2 comentarios:
Celebro la cita del Sr. Newton. que, como cada uno de nosotros habrá podido observar en circunstancias de diversa índole, es del todo cierta. Vaya que sí!
Lo que entonces no acierto a comprender es a que viene este absurdo y apocalíptico sentimiento general. Cierto que estamos sumidos en una crisis económica importante y que resulta comprensible, e incluso razonable, que nos preocupe. Pero lo que quizá estamos olvidando con demasiada facilidad es que perder mucho es sintomático de lo mucho que se tiene. Nada más lejos de mi intención que ponerme aquí de jesuíta de última hornada, pero apuesto a que los habitantes de Haití (por poner un ejemplo) no están notando las consecuencias de este derrumbe económico. Claro que los de Rusia tampoco...
Pues me temo que coincido contigo en lo malo y discrepo en lo bueno. Cierto que sólo pierde quien tiene, pero me temo que Haití, Sahara, Somalia y mil sitios más que sobreviven de la ayuda internacional van a pasarlo pero que nunca. Los ricos no vamos a poder seguir dándoles las migajas que les dábamos, porque necesitamos ese dinero (y cien veces más) para sostener artificialmente nuestras instituciones financieras (y que sus cargos ejecutivos sigan cobrando varios PIB haitianos).
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