Por otro lado, existe otro problema posible en el caso de tener publicidad. Yo digo bastantes burradas en este blog. Puedo poner verde a una sala de cine en concreto, a una película o a toda la cinematografía de un país. Puedo decir que la Coca-cola es una puta mierda y no ocurre nada. Puedo decir que Vodafone tiene unas tarifas muy caras, y tan incomprensibles que siempre tienen a qué agarrarse para robarte y que no puedas quejarte (o que te cueste tanto reclamar que desistas por no pasar el mal rato). Sin embargo, imaginaos qué publicidad podría tener yo de lo que sea con esa propensión a poner tostadas a las compañías más potentes. Quizá sólo es mi subconsciente, pero terminaría midiendo más mis palabras.
Además, yo soy como los duendes del cuento El zapatero y los duendes, de los hermanos Grimm. En este cuento, un zapatero que está a punto de morir de hambre recibe la ayuda de unos duendes que, todas las noches, le fabrican pares de zapatos ideales de la muerte que durante el día vende, ganándoles una pastizara. El zapatero espía una noche para saber quién le hace todo ese trabajo y, al descubrir a los duendes, decide regalarles ropa y calzado adecuado a su tamaño. Cuando los duendes se encuentran el regalo dicen:
"¡Ya no somos zapateros, ahora somos caballeros!" El zapatero les había preparado unas botas diminutas, y la mujer les había cosido vestidillos y calcetines. Los hombrecitos se vistieron con aquella ropa elegante y se marcharon, saltando y bailando.Esta reacción de los duendes es habitual en el comportamiento de estos pequeños seres en la mitología céltica (y quizá nórdica). También los elfos domésticos de Harry Potter son liberados de su obligación de servicio cuando su amo les hace un regalo.
Pues igual que los duendes de los cuentos, si obtengo un beneficio del trabajo que hago, este se convierte ya en una esclavitud, y por lo tanto pierde interés. Es algo que le pasa a todo el mundo, supongo, y es por eso que estos cuentos son clásicos.
(Qué fácil es argumentar estas cosas y perdonar la vida desde la grotesca óptica del que no tiene opción; por más que lo quisiera, aunque incluyese publicidad a espuertas en mi blog, no creo que obtuviese ni un €. No obstante, cuando las visitas aumenten veréis como cambio de idea; otros lo hicieron antes que yo).
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