
Un buen amigo mío -por lo demás extraordinariamente estoico e inclinado a comprender las motivaciones del más grande hijo de puta- está indignado con este tema, y en uno de sus mensajes de hoy me decía "ya puestos podía opinar sobre si prefiere al Madrid o al Barcelona, o al PSOE o al PP".
Muchas de las opiniones de esta señora claman al cielo, la verdad. El enlace de arriba va a un artículo de El Mundo que muestra a las claras las opiniones anticuadas y retrógradas de la reina. "La inmensa mayoría de las familias son normales (...): marido, mujer, hijos, nietos (...). No una comuna de gente en aluvión. O trozos de familia, los hijos de él con la primera mujer, los de ella con el marido anterior, que se pretenden juntar de un modo forzado y artificial". Tiene razón; familias normales como la suya quedan pocas (tiene una hija separada y su nuera -futura reina- está divorciada).
La crítica al concepto de orgullo gay indica una homofobia apenas disimulada, y lo de que "esas personas quieren vivir juntas, vestirse de novios y casarse (...); pero que a eso no lo llamen matrimonio, porque no lo es" es indignante, porque existe una ley en vigor al respecto. Además qué hiriente es lo de que quieren vestirse de novios y casarse; parece que compara esas bodas con canavales, o Halloween, que la gente se disfraza de vampiro o zombie un día para hacer el bobo.
"En lo colegios se ha de enseñar religión. Los niños necesitan una explicación del origen del mundo y de la vida; una orientación de moral natural: qué es el bien, qué es el mal". Cágate lorito (shit you, little parrot); esto indica que yo -ateo- no sé distinguir el bien del mal; por eso he matado ya a ochocientas personas, pero no se lo digáis a nadie, que esos meapilas son capaces de encarcelarme.
Habla también del feminismo, de la eutanasia y de la república. No hay charco que no pise, ni cacharro que deje entero. Sobre los republicanos dice que para ellos "nadie tiene derechos de cuna. Ahora bien, cuando esos republicanos son ricos, (...)¡bien que dejan las propiedades den herencia a sus hijos! Ahí, en su patrimonio no cuestionan los derechos de cuna. Coherencia, pues".
Respecto al maltrato doméstico, "Ha ocurrido siempre. Ahora se informa más y con todo detalle. En cierto modo, se provoca un contagio, se dan ideas que otros imitan. Los que son propensos tienen un filón en esas noticias". Claro, yo de hecho cuando leo que un señor acaba de incinerar a su señora con aguarrás me voy hacia la mía y le hincho un ojo, o le rompo la nariz, según me da; y no me corto un pelo, porque como soy ateo no sé si está bien o mal.
Esto es lo malo que tiene la monarquía. Como hay que tragarlos hasta que se mueren, se corre el riesgo de que al hacerse mayores vayan perdiendo la noción del mundo, le les vaya yendo la olla y pasen estas cosas. Y es el principio, porque los años pasan y ya tienen más de 70. Estas cosas serán cada vez más frecuentes, y no nos queda el recurso de no elegirlos al cabo de cuatro o cinco años. Eso sí: reconozco que me enfada más por el hecho de que no estoy de acuerdo prácticamente en nada de lo que he leído. De lo poco en lo que coincido es en lo siguiente:
"La reina no puede decir lo que piensa. No debe. Ni pronunciarse sobre opciones políticas. Ni censurar algo que ha estado mal hecho. (...) Hacerse el sordo, cuesta. Hacerse la tonta cuesta. Callarse cuesta" (y tanto que cuesta; por lo de pronto, tú ya no lo has conseguido). "Los reyes no pueden tomar partido ni meterse en política". Como dice ella misma de los republicanos: ¡Coherencia, pues!