Lo máximo, las fotos que le ha hecho Jill Greenberg a John McCain (colgadas en American Digest) para The Atlantic Monthly. Me enteré a través de un blog hecho por venezolanos, llamado esquizopedia. Las fotos publicadas por Atlantic en papel yo creo que ya maltratan la imagen del candidato -aunque podría alegarse que esa forma de iluminar es parte del estilo de la fotógrafa-, pero es que luego Jill puso en su web algunas modificadas para que aquél aparezca como un vampiro o como un bruto total, que es lo que en el fondo es.
No sé si me apetece entrar en si lo que hizo Jill está bien o mal, porque me cae demasiado mal McCain para ser consecuente (lo que quiere decir que me parece mal). Por otro lado, la moral de esta señora ya quedó demostrada cuando hizo una serie de fotos de niños llorando; para conseguir que llorasen, les entregaba un caramelo y luego se lo quitaba. Mengele empezó por ahí.
La página de Jill Greenberg ya no tiene las fotos en el momento que escribo esto, pero Atlantic parece que va a querellarse contra ella. Me importa poco, la verdad.
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