Aquí estoy, hoy, ante una rama florecida de Ulex Europaeus, una variedad de tojo de las tres que existen en Galicia (desde donde escribo). Viene esto a cuento por aclarar una conversación que mantuvimos el fin de semana pasado mi hermano, su mujer, la mía y yo mismo. No recuerdo quién defendía qué, pero la duda estaba en si el tojo florecía en una época del año o en todas indistintamente. Pues bien; según la Galipedia (en gallego, pero seguro que todos lo entenderéis) hay tres clases de tojo en Galicia y cada una de ellas florece en una época del año diferente. Por lo tanto ninguno tenía razón en sus suposiciones.
El tojo es una planta muy abundante en Galicia, cuya extensión se vio favorecida por el uso que se le daba tradicionalmente como cama para las cuadras de vacas. Hoy en día, con las explotaciones industriales, ya no se utiliza (las pobres vacas duermen sobre cemento húmedo) y se ha convertido en una plaga que nadie quiere. Su proliferación favorece la expansión de los incendios, por lo que se hace necesario cortarlo. Se habla ahora de utilizarlo como biomasa para obtener calor o (transformar este en) electricidad.
El Departamento de Botánica Montaraz de lento y disperso desaconseja el consumo de tojo en ensalada; resulta insípido y escasamente nutritivo.
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