Blog personal sobre aquello que me interesa (a mí, que no soy nadie) en cada momento, siempre que tenga ganas de escribir.
sábado, 26 de enero de 2008
Turismo solidario
Me acaban de sugerir irme este verano quince días a Ecuador en turismo solidario. La cosa parece ser que consiste en ir hasta allí, pagándome yo el viaje, y colaborar en la instrucción de jóvenes indígenas, o ayudar a construir una escuela, u organizar un equipo de fútbol; no sé exactamente para qué, pero seguro que es para trabajar allí en algo que sea bueno para los lugareños.
No sabía que existiese turismo solidario. En todas partes parece que se ha puesto de moda, pero yo no sabía que existiese. Es más; atando cabos he llegado a la conclusión de que un amigo mío, que se fue a Senegal (no recuerdo exactamente si era Senegal o Mali, pero da igual) hace unos meses y volvió en menos de un mes seguro que fue en turismo solidario. Yo, cuando me dijeron que se había ido para colaborar en no sé qué cosa en el país pensé "coño, qué tío, si se ha ido de cooperante será por seis meses mínimo, así que se ha pedido una excedencia sin sueldo para ayudar a unas gentes del África". Ya así puede ser bastante esnobismo, pero hay que reconocer que es sacrificado y que realmente puede que ayude (según lo que se haga y lo que se sepa hacer, claro), porque se trata de estancias largas, sólo limitadas por la necesidad de que la persona no se desarraigue de su país de origen (esta necesidad se salta en el caso de los religiosos, cuyo sacrificio llega más lejos). Sin embargo, cuando al cabo de un mes volví a coincidir con él en el trabajo le dije "anda, a mí me dijeron que te habías ido de cooperante y pensé que eran estancias mucho más largas"; no me respondió.
Yo cuando me enteraba de alguien que se iba con Médico sin Fronteras o así siempre dudaba si no sería mejor pagarle los estudios a un lugareño para que ejerciera de médico en lugar de dejarnos muchísimo más dinero en enviar a un tío por un tiempo limitado, pero bueno, en todo caso me quedaba la duda. En este caso no la hay. El que va a esto se gasta un dineral en el viaje, en el alojamiento, y lo que deja allí son unos ladrillitos mal puestos y unas lecciones de aprender a leer que cualquier persona del lugar hubiera impartido a cambio de la centésima parte de lo que costó el billete de avión. Eso sí, qué satisfacción la del hombre blanco viéndose con su ropa de Coronel Tapioca entre esos aborígenes, sintiéndose superior, compartiendo con ellos esos momentos, esas sonrisas, ese rebajarse al modo de vida de los que nada tienen. Y recibir a cambio de su sacrificio la entrega, el cariño sin límites de esos niños de piel oscura que no tienen maldad y que agradecen su presencia con lo único que tienen: el corazón.
Con qué satisfacción volverá el hombre blanco al día siguiente de bajar del avión a subirse en su automóvil de lujo, a salir por la puerta automática del garaje, a recorrer la autopista sin ruidos con el aire climatizado y la música sonando. Con qué alegría contemplará a sus hijos dormidos por la noche, al volver de la oficina; sus guapos niños rubios… Y con qué delectación saboreará esa cena que antes consideraba frugal y que ahora es el mayor de los manjares. Esa nevera llena, ese yogur de frutas pasteurizado después de la fermentación (que en realidad no es un yogur), esa tele de plasma, ese sonido envolvente, como el edredón de plumas que calienta lo justo para no achicharrarse con la calefacción…
Las vacaciones de este año, qué dinero tan bien gastado, pensará el hombre blanco.
Estoy valorando si ir.
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2 comentarios:
Hombre, la verdad es que no vamos muy mal encaminados con lo del "hombre blanco". Cierto, o más bien previsiblemente snob, es todo lo que circunda la bajada a los infiernos de la realidad de otros mundos menos "¿afortunados?", eso sí, solo por unas semanas que varían entre las 2 y las 4 según el tono grisaceo del alma del susodicho. Digo cierto por lo que comentas a cerca de lo mundano que pueda parecer realizar este tipo de "acercamiento al pobre harapiento y olvidado", pero hombre, no seamos tan exquisitos...algo es algo; no olvidemos tan fácilmente, que nuestro sistema social es el que no nos permite disponer de más de 4 semanas de libertad al año, cabe pensar que si fuesemos más libres poddríamos dar más.
Aunque sea a mi tierra, hay que tener cuidado con estas ofertas de Turismo Solidario, porque ya han habido casos de Voluntarios que han salido mal parados, como se explica en http://nesemu.blogia.com/temas/voluntariado-social.php
Pero igual hay buenas experiencias como en http://www.bottup.com/index.php?option=com_content&task=view&id=3281&Itemid=114
o en...
http://www.viajeros.com/diario-1471.html
Por lo que creo que lo mejor es plantear un proposito especifico, y asegurarse de que si se puede cumplir, antes de invertir todo ese esfuerzo, dinero y tiempo.
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