sábado, 29 de diciembre de 2007

puto pepito grillo


De cuando leí Pinocho, estudiando Sociología (de esas cosas raras que hacen lo profesores universitarios para epatar; mira que mandarnos leer Pinocho…) me quedó el recuerdo de que Pepito Grillo no aparecía por ninguna parte. Estoy equivocado, pero no del todo. En realidad, en el capítulo IV aparece un grillo sin nombre que le advierte a Pinocho de que si sigue así terminará en el hospital o en la cárcel. El capítulo es corto y el personaje del grillo termina con él, aplastado por Pinocho contra la pared; por eso a mí se me olvidó su existencia.
Sin embargo, cuando Walt Disney hizo su versión del clásico el personaje de Pepito Grillo se alimentó de esteroides hasta hacerse más grande que Pinocho (¡en sentido figurado, burra!). Pepito Grillo cubría el papel de secundario simpático que aparece en todas las películas de Disney, y que hace que sean todas iguales. Supongo que esto a los niños les ayuda a saber por dónde andan y les facilita la aceptación de las historias, pero a mí me parece una falta absoluta de imaginación y una falta de respeto hacia los autores de las historias. Claro que mi odio por Disney ya venía de antes, pero siempre originado en ademanes altivos e irrespetuosos como este.
Aunque yo piense que es una barbaridad hacer de un personaje casi inexistente el centro de una recreación, en este caso la falta de respeto hacia Collodi (que por otra parte tampoco lo merecía, como veremos) le salió muy bien a Disney. Hoy en día todo el mundo sabe quién es Pepito Grillo y lo asocia con el clásico Pinocho, hasta el punto de que la personificación de la conciencia se ha incorporado a la cultura occidental como mito al igual que Edipo, Quijote, Penélope, etc., acaparando la atención que mejor merecería Pinocho como personaje principal de la obra.
Pero creo que estoy siendo un poco injusto odiando a Pepito Grillo por ser hijo de Disney. Al fin y al cabo no somos los hijos culpables de los pecados de nuestros padres. Mientras paso a rehabilitarlo en mi panteón de personajes ilustres de la literatura os cuento que Collodi hizo a Pinocho quizá más odioso que Disney a su grillo. Pinocho es un botarate que se comporta irresponsablemente y le pasan muchas cosas horribles en un mundo sumamente hostil y malintencionado, hasta que su inocencia es asesinada y es domesticado finalmente, cosa que se simboliza por la transformación en niño de carne y hueso. La moralina de la obra es tan obvia que la necesidad de Pepito Grillo demuestra la debilidad mental de los estadounidenses (perdón, es que el proceso de rehabilitación de un personaje me lleva un rato).
Sin embargo, no penséis que Collodi era un señor de moralidad intachable; no sé mucho de su vida, pero sí sé que escribió Pinocho por encargo para resarcirse de las deudas de juego que le agobiaban. A él sí que le hacía falta un Pepito Grillo.

No hay comentarios: