Según la Wikipedia,
Pues resulta que hace unos días leí en algún sitio que los casos de polidactilia habían aumentado seriamente en España. No es algo que deba preocuparnos, porque son personas que pueden llevar una vida perfectamente normal, e incluso puede ser que gracias a esto surjan en los próximos años virtuosos de la guitarra o del piano que por su peculiaridad física puedan ejecutar acordes imposibles para los demás mortales. Una ventaja en algunos casos, pero en ninguno una desventaja, como digo.
La polidactilia (del griego «poly»=«mucho» y
«daktylos»=«dedo») es un trastorno
genético donde un humano u otro animal nace con más dedos en la mano o en el
pie de los que le corresponde.
Pues resulta que hace unos días leí en algún sitio que los casos de polidactilia habían aumentado seriamente en España. No es algo que deba preocuparnos, porque son personas que pueden llevar una vida perfectamente normal, e incluso puede ser que gracias a esto surjan en los próximos años virtuosos de la guitarra o del piano que por su peculiaridad física puedan ejecutar acordes imposibles para los demás mortales. Una ventaja en algunos casos, pero en ninguno una desventaja, como digo.
No obstante, profundizando un poco más en los posibles motivos de este fenómeno, se me ocurre pensar en que una consecuencia del número de dedos de nuestras manos es la manera que tenemos de contar. Las personas solemos contar, por naturaleza, en múltiplos de cinco y de diez, y esto se debe a que tenemos cinco dedos en cada mano, y diez en total. Es obvio que lo primero fueron los dedos y lo segundo en aparecer fue la cuenta de la vieja, pero ¿acaso no puede ocurrir al revés?
Así pues, yo lanzo desde aquí la hipótesis de que el cambio de la peseta al euro, con esa traslación de 6€=1.000 pesetas nos ha llevado a un mundo sexagesimal, en el que el premio de literatura son 6.000 €, el bus cuesta 0'60 €, el coche me costó 6.000 € (de segunda mano), y también sus fracciones y múltiplos se llevan mucho: mi casa de 210.000 €, mi coche -nuevo- por 15.000 €... Total, que en el camino de ida la matemática se adecuó al cuerpo, pero ahora, en el de vuelta, el cuerpo se adecua a la matemática, con lo que queda definido qué es lo que prima entre la economía y la humanidad.
A todo esto hay una excepción: los salarios, que esos sí que se quedaron en 1.000, para que los normales podamos seguir contando por los dedos.
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